Aunque se suele decir que la Revolución Francesa comenzó en 1789 con las acciones de los Estados Generales, una ciudad de Francia reivindica un inicio anterior: en 1788 con el Día de los Azulejos.
Fondo
En la Francia de finales del siglo XVIII existían una serie de parlamentos’ con diversos poderes judiciales y gubernamentales que abarcaban toda Francia. Les gustaba considerarse un baluarte contra el despotismo real, aunque en la práctica formaban parte del antiguo régimen tanto como el rey. Sin embargo, cuando las crisis financieras acosan a Francia, y cuando el gobierno recurre a los parlamentos en su desesperación por que se acepten sus reformas monetarias, los parlamentos surgen como una fuerza de oposición que aboga por la representación en lugar de un impuesto arbitrario.
El gobierno trató de sortear este obstáculo forzando la aprobación de leyes que hicieran desaparecer el poder de los parlamentos, reduciéndolos a simples paneles de arbitraje para la élite. En toda Francia, los parlamentos se reunieron y rechazaron estas leyes por considerarlas ilegales.
La tensión estalla en Grenoble
En Grenoble, el Parlement de Dauphiné no fue una excepción, y declaró las leyes ilegales el 20 de mayo de 1788. Los magistrados del parlamento consideraron que contaban con el apoyo de un numeroso grupo de trabajadores urbanos enfadados por cualquier desafío al estatus de su ciudad y a la perspectiva de sus ingresos locales. El 30 de mayo, el gobierno real ordenó al ejército local que desterrara a los magistrados de la ciudad. Se enviaron dos regimientos, bajo el mando del duque de Clermont-Tonnerre, y a su llegada, el 7 de junio, los agitadores agitaron el ambiente en la ciudad. El trabajo se detiene y una multitud enfurecida se dirige a la casa del presidente del parlamento, donde se han reunido los magistrados. Otras multitudes se formaron para cerrar las puertas de la ciudad y arengar al gobernador en su casa.
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El Duc decidió contrarrestar a estos alborotadores enviando grupos relativamente pequeños de soldados que estaban armados pero a los que se les dijo que no dispararan sus armas. Por desgracia para el ejército, estos grupos eran demasiado pequeños para coaccionar a las multitudes, pero lo suficientemente grandes como para enfurecerlas. Muchos manifestantes se subieron a sus tejados y empezaron a lanzar tejas sobre los soldados, dando nombre al día.
La autoridad real se derrumba
Un regimiento cumplió sus órdenes, a pesar de estar herido, pero otro abrió fuego causando bajas. Las campanas de alarma sonaron, pidiendo ayuda para los alborotadores desde fuera de la ciudad, y el motín aumentó en intensidad. Mientras el Duque buscaba una solución que no fuera ni una masacre ni una rendición, pidió a los magistrados que se marcharan con él para calmar los ánimos, pero éstos consideraron que la multitud les impediría marcharse. Finalmente, el duque se retiró y la multitud se hizo con el control de la ciudad. Mientras la casa del gobernador era saqueada, los principales magistrados desfilaron por la ciudad y se les pidió que celebraran una sesión especial. Aunque estos magistrados eran héroes para la multitud, su reacción era a menudo de terror ante el caos que se desarrollaba en su nombre.
Consecuencias
A medida que el orden se restablecía lentamente, los magistrados más antiguos huyeron de la ciudad en busca de orden y paz en otros lugares. Algunos miembros más jóvenes se quedaron, y empezaron a convertir la revuelta improvisada en una fuerza políticamente importante. Se formó una asamblea de los tres estamentos, con derecho a voto mejorado para el tercero, y se enviaron llamamientos al rey. El Duque fue sustituido, pero su sucesor no logró ningún efecto, y los acontecimientos fuera de Grenoble los superaron, ya que el rey se vio obligado a convocar un Estado General; la Revolución Francesa no tardaría en comenzar.
Importancia del Día de los Azulejos
Grenoble, que fue testigo de la primera gran ruptura de la autoridad real, de la acción de la turba y del fracaso militar del período revolucionario francés, se ha reivindicado así como la ‘cuna de la revolución.’ Muchos de los temas y acontecimientos de la revolución posterior tuvieron un precursor en el Día de los Azulejos, desde los acontecimientos que cambiaron a las multitudes hasta la creación de un órgano representativo modificado, todo ello un año ’ temprano.
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